Nuestros Inicios

Este emprendimiento empezó de una conversación con mi mamá, yo le expresé que deseaba tener un negocio (no tenía idea qué vender), sólo sabía que quería emprender. Tras varias platicas llegamos a la conclusión que era una buena idea vender sábanas y edredones y así lo hice. Empecé en la temporada de frío, así que mi idea tuvo acogida, pero meses después las ventas bajaron y tuve que buscar otro producto para mantener el nivel de ingresos. Mi único proveedor en aquella época también vendía peluches y yo estaba estudiando en la universidad, encontré muy factible venderles peluches a mis amigas que estaban enamoradas, y así empezó esta aventura. Me pedían el peluche, pero querían ALGO MÁS: una caja, chocolates, globos, etc. Siempre me he caracterizado por mi espíritu investigativo, perseverancia y amor a todo lo que hago. Poco a poco fui descubriendo esa parte creativa de mí que hasta aquel entonces había estado oculta, sin duda alguna mi motivación para que aflore mi lado creativo fue el cariño que le tengo a mi negocio y las ganas inmensas de que sea reconocido y crezca a través del tiempo. Ya son casi 8 años de este comienzo y cada progreso me llena de emoción y satisfacción.

Me siento infinitamente bendecida y apoyada por Dios y mis padres. Gracias Erwin y Rocío por siempre creer en mí. ¡Los amo!